Ezra Pound: Three ways of “charging language with meaning”
Phanopeia:
“throwing the object (fixed or moving) on to the visual imagination”
(Es decir, imágenes visuales: el aspecto visual [senorial] de la poesía).
Melopeia:
“inducing emotional correlations by the sound and rhythm of speech”
(Es decir, el aspecto auditivo y prosódico de la poesía).
Logopeia:
“inducing both of the effects by stimulating the associations (intellectual or emotional) that have remained in the reader’s consciousness in relation to the actual words or word groups employed”
(Es decir, el aspecto puramente verbal de la poesía.)
“You use a word to throw a visual image on to the reader’s imagation, or you charge it by sound, or you use groups of words to do this.”
“The dance of the intellect among words.”
Ejemplos:
Phanopoeia: Lorca. La poesía japonesa y china. Pound, “In a Station of the Metro”
“The apparition of these faces in the crowd / petals on a wet, black bough”
Melopeia: ¿Rubén Darío? Los trovadores. Thomas Campion. Juan Ramón Jiménez.
Logopeia: Quevedo
Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto:
soy un fue, y un será, y un es cansado.
[no es el sonido de las palabras, ni la imagen visual, lo que prima aquí, sino el juego gramatical y conceptual]
De los tres conceptos, el logopeia es el más difícil de entender.
Poesía española
Wednesday, October 2, 2013
Thursday, September 5, 2013
Vïaje
Para tener el número correcto de sílabas en
"del último vïaje" (7)
en el poema "Retrato" de A. Machado
hay que dividir el diptongo "ia" en dos sílabas. Esta "licencia poética" se llama "diéresis."
"del último vïaje" (7)
en el poema "Retrato" de A. Machado
hay que dividir el diptongo "ia" en dos sílabas. Esta "licencia poética" se llama "diéresis."
Wednesday, September 4, 2013
Spleen
Je suis comme le roi d'un pays pluvieux,
Riche, mais impuissant, jeune et pourtant très vieux,
Qui, de ses précepteurs méprisant les courbettes,
S'ennuie avec ses chiens comme avec d'autres bêtes.
Rien ne peut l'égayer, ni gibier, ni faucon,
Ni son peuple mourant en face du balcon.
Du bouffon favori la grotesque ballade
Ne distrait plus le front de ce cruel malade;
Son lit fleurdelisé se transforme en tombeau,
Et les dames d'atour, pour qui tout prince est beau,
Ne savent plus trouver d'impudique toilette
Pour tirer un souris de ce jeune squelette.
Le savant qui lui fait de l'or n'a jamais pu
De son être extirper l'élément corrompu,
Et dans ces bains de sang qui des Romains nous viennent,
Et dont sur leurs vieux jours les puissants se souviennent,
II n'a su réchauffer ce cadavre hébété
Où coule au lieu de sang l'eau verte du Léthé.
Yo soy como ese rey de aquel país lluvioso,
rico, pero impotente, joven, aunque achacoso,
que, despreciando halagos de sus cien concejales,
con sus perros se aburre y demás animales.
Nada puede alegrarle, ni cazar, ni su halcón,
ni su pueblo muriéndose enfrente del balcón.
La grotesca balada del bufón favorito
no distrae la frente de este enfermo maldito;
en cripta se convierte su lecho blasonado,
y las damas, que a cada príncipe hallan de agrado,
no saben ya encontrar qué vestido indiscreto
logrará una sonrisa del joven esqueleto.
el sabio que le acuña el oro no ha podido
extirpar de su ser el humor corrompido,
y en los baños de sangre que hacían los Romanos,
que a menudo recuerdan los viejos soberanos,
reavivar tal cadáver él tampoco ha sabido
pues tiene en vez de sangre verde agua del Olvido.
Versión de Ignacio Caparrós
(Ed. Alhulia. Colección "Crisálida", nº 20. Granada, 2001)
Here is an interesting poem with the title "Spleen," one of two poems with this title. (See also his book Paris Spleen.) In some theory of the lyric the crucial aspect is the situation of the speaking voice. Here the poem begins with "Je suis comme..." -- a simile. The entire poem describes the king of a rainy country in uncomplimentary terms. Not at all the standard "sensitive poet" persona, so that the third person gets reflected back on the first person speaker. The entire description is a kind of cliché, "royal decadence." Courtiers, the court jester, the alchemist, falconry, sexual debauchery, cruelty, and violence, are the ingredients of this cliché. Of course, the "decadent" movement in literature did not yet exist at the time: here we see Baudelaire inventing it, in fact.
The self-aggrandizement in comparing one's self to a king is undercut by the hyperbolic criticism of the "young skeleton," cruel and submerged in ennui.
The rhymes are consistently "riches"; in other words, the entire final syllable is identical: vieux and vieux, bettes and betes, con and con, lade and lade, beau and beau, lette and lette, pu and pu, viennent and viennent, té and thé. They alternate between feminine and masculine.
Riche, mais impuissant, jeune et pourtant très vieux,
Qui, de ses précepteurs méprisant les courbettes,
S'ennuie avec ses chiens comme avec d'autres bêtes.
Rien ne peut l'égayer, ni gibier, ni faucon,
Ni son peuple mourant en face du balcon.
Du bouffon favori la grotesque ballade
Ne distrait plus le front de ce cruel malade;
Son lit fleurdelisé se transforme en tombeau,
Et les dames d'atour, pour qui tout prince est beau,
Ne savent plus trouver d'impudique toilette
Pour tirer un souris de ce jeune squelette.
Le savant qui lui fait de l'or n'a jamais pu
De son être extirper l'élément corrompu,
Et dans ces bains de sang qui des Romains nous viennent,
Et dont sur leurs vieux jours les puissants se souviennent,
II n'a su réchauffer ce cadavre hébété
Où coule au lieu de sang l'eau verte du Léthé.
Yo soy como ese rey de aquel país lluvioso,
rico, pero impotente, joven, aunque achacoso,
que, despreciando halagos de sus cien concejales,
con sus perros se aburre y demás animales.
Nada puede alegrarle, ni cazar, ni su halcón,
ni su pueblo muriéndose enfrente del balcón.
La grotesca balada del bufón favorito
no distrae la frente de este enfermo maldito;
en cripta se convierte su lecho blasonado,
y las damas, que a cada príncipe hallan de agrado,
no saben ya encontrar qué vestido indiscreto
logrará una sonrisa del joven esqueleto.
el sabio que le acuña el oro no ha podido
extirpar de su ser el humor corrompido,
y en los baños de sangre que hacían los Romanos,
que a menudo recuerdan los viejos soberanos,
reavivar tal cadáver él tampoco ha sabido
pues tiene en vez de sangre verde agua del Olvido.
Versión de Ignacio Caparrós
(Ed. Alhulia. Colección "Crisálida", nº 20. Granada, 2001)
Here is an interesting poem with the title "Spleen," one of two poems with this title. (See also his book Paris Spleen.) In some theory of the lyric the crucial aspect is the situation of the speaking voice. Here the poem begins with "Je suis comme..." -- a simile. The entire poem describes the king of a rainy country in uncomplimentary terms. Not at all the standard "sensitive poet" persona, so that the third person gets reflected back on the first person speaker. The entire description is a kind of cliché, "royal decadence." Courtiers, the court jester, the alchemist, falconry, sexual debauchery, cruelty, and violence, are the ingredients of this cliché. Of course, the "decadent" movement in literature did not yet exist at the time: here we see Baudelaire inventing it, in fact.
The self-aggrandizement in comparing one's self to a king is undercut by the hyperbolic criticism of the "young skeleton," cruel and submerged in ennui.
The rhymes are consistently "riches"; in other words, the entire final syllable is identical: vieux and vieux, bettes and betes, con and con, lade and lade, beau and beau, lette and lette, pu and pu, viennent and viennent, té and thé. They alternate between feminine and masculine.
Tuesday, September 3, 2013
Dos Retratos, dos Machado
Retrato
Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed.
Unos ojos de hastío y una boca de sed...
Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe...
Calaveradas, amoríos... Nada grave,
Un poco de locura, un algo de poesía,
una gota del vino de la melancolía...
¿Vicios? Todos. Ninguno... Jugador, no lo he sido;
ni gozo lo ganado, ni siento lo perdido.
Bebo, por no negar mi tierra de Sevilla,
media docena de cañas de manzanilla.
Las mujeres... -sin ser un tenorio, ¡eso no!-,
tengo una que me quiere y otra a quien quiero yo.
Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente...
La agilidad, el tino, la gracia, la destreza,
más que la voluntad, la fuerza, la grandeza...
Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero,
a olor helénico y puro, lo "chic" y lo torero.
Un destello de sol y una risa oportuna
amo más que las languideces de la luna
Medio gitano y medio parisién -dice el vulgo-,
Con Montmartre y con la Macarena comulgo...
Y antes que un tal poeta, mi deseo primero
hubiera sido ser un buen banderillero.
Es tarde... Voy de prisa por la vida. Y mi risa
es alegre, aunque no niego que llevo prisa.
[Manuel Machado]
Retrato
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara , ni un Bradomín he sido
-ya conocéis mi torpe aliño indumentario-,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
-quien habla solo espera hablar a Dios un día-;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la masión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipage,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
[Antonio Machado]
Esta es mi cara y ésta es mi alma: leed.
Unos ojos de hastío y una boca de sed...
Lo demás, nada... Vida... Cosas... Lo que se sabe...
Calaveradas, amoríos... Nada grave,
Un poco de locura, un algo de poesía,
una gota del vino de la melancolía...
¿Vicios? Todos. Ninguno... Jugador, no lo he sido;
ni gozo lo ganado, ni siento lo perdido.
Bebo, por no negar mi tierra de Sevilla,
media docena de cañas de manzanilla.
Las mujeres... -sin ser un tenorio, ¡eso no!-,
tengo una que me quiere y otra a quien quiero yo.
Me acuso de no amar sino muy vagamente
una porción de cosas que encantan a la gente...
La agilidad, el tino, la gracia, la destreza,
más que la voluntad, la fuerza, la grandeza...
Mi elegancia es buscada, rebuscada. Prefiero,
a olor helénico y puro, lo "chic" y lo torero.
Un destello de sol y una risa oportuna
amo más que las languideces de la luna
Medio gitano y medio parisién -dice el vulgo-,
Con Montmartre y con la Macarena comulgo...
Y antes que un tal poeta, mi deseo primero
hubiera sido ser un buen banderillero.
Es tarde... Voy de prisa por la vida. Y mi risa
es alegre, aunque no niego que llevo prisa.
[Manuel Machado]
Retrato
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara , ni un Bradomín he sido
-ya conocéis mi torpe aliño indumentario-,
mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética,
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso, como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
-quien habla solo espera hablar a Dios un día-;
mi soliloquio es plática con ese buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la masión que habito,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje,
y esté al partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipage,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
[Antonio Machado]
Peteneras
Peteneras: De la antología Cantes flamencos (1881) de Antonio Machado y Álvarez:
Quien te puso petenera
No te supo poner nombre,
Que debió de haberte puesto
¡Niña de mi corasón! (corazón)
Que debió de haberte puesto
La perdisión de los hombres. (perdición)
***
¡Mal haya la petenera
Y quien la trajo a esta tierra!
Que la petenera es la causa
¡Soleá y más soleá! (soledad)
Que la petenera es la causa
De que los hombres se pierdan.
***
En la Habana nasí yo (nací)
Debajo de una parmera, (palmera)
Ayí me echaron el agua (allí)
¡Niña de mi corasón!
Ayí me echaron el agua
Cantando la petenera.
***
En er simenterio entré, (al cementerio)
Le ije al seporturero (Le dije al sepulterero)
Si hay un sitio señalao (señalado)
¡Niña de mi corasón!
Si hay un sitio señalao
Pa aquer que muere queriendo (Para aquel)
Quien te puso petenera
No te supo poner nombre,
Que debió de haberte puesto
¡Niña de mi corasón! (corazón)
Que debió de haberte puesto
La perdisión de los hombres. (perdición)
***
¡Mal haya la petenera
Y quien la trajo a esta tierra!
Que la petenera es la causa
¡Soleá y más soleá! (soledad)
Que la petenera es la causa
De que los hombres se pierdan.
***
En la Habana nasí yo (nací)
Debajo de una parmera, (palmera)
Ayí me echaron el agua (allí)
¡Niña de mi corasón!
Ayí me echaron el agua
Cantando la petenera.
***
En er simenterio entré, (al cementerio)
Le ije al seporturero (Le dije al sepulterero)
Si hay un sitio señalao (señalado)
¡Niña de mi corasón!
Si hay un sitio señalao
Pa aquer que muere queriendo (Para aquel)
Subscribe to:
Posts (Atom)